martes, 27 de abril de 2010

La reelección presidencial vuelve a estar en vigencia


Santo Domingo.- El tema de la reelección, objeto de debates y discusiones públicas en la víspera de una elección en la cual no se escogerá al Presidente de la República, parecería ser resultante de la falta de liderazgo que vive en el país, lo cual coloca al doctor Leonel Fernández como el único político con rango presidenciable.
Los responsables de que el tema de la reelección esté en el tapete son, paradójicamente, algunos estrategas del PRD, que en lugar de enfocar la campaña en los programas que ofrecen sus candidatos al Congreso y a las alcaldías para las elecciones del 16 de mayo, han preferido atacar al gobernante.
Al poner el tema de moda, los estrategas opositores le han dado la oportunidad a los del PLD y aliados para que piensen en las elecciones del año 2012 en las cuales el gobernante podría retirarse por un período intermedio según la apreciación de muchos y sus propias sugerencias, en observancia de la Constitución. Lo que ocurre con  Fernández es que ni dentro ni fuera de su partido hay un político de su rango que pueda al mismo tiempo, presentar su liderazgo, su obra de realizaciones y la fuerza del PLD, desde hace años la principal organización partidaria del país.
A poco de concluir el proceso electoral del 2000 y antes del triunfo del PRD, en un análisis escrito en el diario Última Hora, este analista dijo que al desaparecer los grandes líderes políticos de los tres partidos (PRD, PRSC, PLD) que dominaron el escenario desde 1961, el doctor Fernández quedaría solo y sin competencia previsible.
En el escrito, titulado “La soledad del Poder: síndrome que acompaña a todo Presidente”, se recordó que si Danilo Medina ganaba las elecciones de ese año, difícilmente sería contrincante en los comicios del 2004, como tampoco Hipólito Mejía, quien había anticipado que de no conseguir el puesto no volvería a postularse a la Presidencia. Extrañamente Mejía se presentó a la reelección en el 2004, no obstante el fardo negativo que dejó su cuatrienio y las quiebras bancarias. El fin de semana pasado, por boca de su vocero, hizo saber que lanzaría su aspiración días después del 16 de mayo próximo, adelantando un mar de conjeturas.
A diez años de las elecciones del 2020 muchos dominicanos y los dirigentes políticos de su partido y contrarios, debaten en privado y en público lo que ocurrirá dentro de dos años y si el gobernante se presentará en los comicios del 2012, cuando cumplirá ocho años en el poder y frente al mandato de la nueva Constitución.
A favor de una repostulación del Presidente en el 2012 están muchos dirigentes del PLD y amigos aliados, que, como Marino Vinicio Castillo, ya adelantó que esa era la mejor opción. Otros como el peledeísta José Tomás Pérez, dijo que declinaría sus aspiraciones si Fernández se postulaba.
Estrategas importantes del entorno presidencial creen que Fernández no se pronunciará sobre su postulación sino hasta fines del año que viene o principios del 2012, no obstante su mención reciente en cuanto a que su amigo presidente de Colombia, Álvaro Uribe, con gran respaldo cuando casi termina su segundo mandato, no podría ir a la reelección por una premisa institucional. El detalle de cortesía protocolar, pareció tener zurrapa.
Ventaja de LeonelSin que haya expresado que se propone postularse en las elecciones del 2012, el presidente Fernández corre solo y muy adelante de los otros líderes políticos que pudieran aspirar, tanto de las filas de su partido como de la oposición. Tiene a su favor su impulso personal, la obra del régimen, la fortaleza de su partido y la debilidad de los opositores.
En la presente campaña electoral el gobernante ha salido a la calle para conseguir el voto de sus partidarios y amigos. Ha arriesgado su prestigio al vaticinar que el PLD y aliados ganarán 27 ó 31 provincias y el DN, con lo que ha puesto a girar la temática del momento y  avivado el pánico que tal resultado causaría. Más que eso, muchos votantes simpatizantes del gobernante participarán en las elecciones no tanto por votar por los candidatos a senador, diputados y munícipes, sino por apoyar al líder político, quien contrario a lo que podría ser la lógica del desgaste en el poder, conserva la misma aceptación con la cual ganó en primera vuelta en 2008.
Se dice que las encuestas a nivel nacional le dicen al doctor Fernández que puede vaticinar el triunfo aplastante de su partido, lo cual rebaten sus opositores del PRD, ofreciendo sus propias consideraciones. Tales encuestas del gobernante le han dicho cuáles son las regiones vulnerables y en ellas ha volcado su accionar.
Un triunfo arrollador del PLD y aliados, en la forma en que el Presidente ha vaticinado, no solamente sería un precedente para el país y la región de América Latina, sino que dejaría al PRD en un mar de confusión que alentaría la disidencia interior y el ataque a la dirigencia que preside Vargas.
Vargas presenteQuizá al corriente de la posibilidad mencionada, el ingeniero Vargas también ha ido a las provincias donde el PRD necesita refuerzos y ha circunscrito su ataque en el supuesto de que tras los comicios, se subirán los precios de la electricidad, los combustibles y los impuestos mediante una reforma.
Para Vargas un buen desempeño de su partido en los comicios venideros podría apuntalar sus posibilidades de conseguir la nominación presidencial para los comicios del 2012. Con tantos adversarios internos que golosean esa nominación, un mal desempeño sería razón adicional de disidencia, una debacle. El político perredeísta, dominador de la fortuna para todos los fines, quedaría bien a merced de sus contrarios internos porque le atribuirían la derrota, con un partido menguado en general y con muchos empleos perdidos. El escenario no podría ser peor para el político, entusiasmado en campaña pese a los malos vaticinios.
Se diría que dado el desgaste natural que un régimen camino a los ocho años podría tener, por circunstancias internas y externas, si el PLD lograra mantener las senadurías, diputaciones, alcaldías y regidurías que tiene hoy, al gobernante y a su partido le habría ido bastante bien en los próximos comicios.
El triunfo en todo el país (32 senadurías) podría dar una impresión agridulce sobre todo en el extranjero, aunque el manejo de los comicios por la JCE, que ha mostrado bastante independencia y el mismo discurrir de los acontecimientos apuntan a que los electores tendrán toda la libertad para elegir sus candidatos con observación exterior.
Pese a las denuncias de que se utilizan los recursos públicos a favor de los candidatos del oficialismo, la acción directa del régimen no es ni en la sombra lo que fue en 1978 cuando el doctor Balaguer buscó la última reelección de su primer tramo de 12 años, ocasión en que militares y policías salieron a la calle en campaña.
 

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